Tercio de Varas

Muy preocupante lo que está ocurriendo hoy en día con este Arte que tanto nos gusta. Preocupante porque la materia prima del artista, está en crisis.... o no.... pero lo parece, desde luego.

Si las corridas de toros que salen en plazas de primera categoría, son, muchas veces, preocupantes, lo que se está lidiando en plazas de categorías inferiores es de juzgado de guardia. Salvo honrosas excepciones, que las hay, el toro que se lidia en plazas de segunda y tercera merece cualquier calificativo menos el de toro.

¿Quien tiene la culpa?.

Entiendo que todos un poco, pero en mayor medida nosotros, ¡si nosotros!, dejemos ya de esconder en bulto, los aficionados. Como he dicho hay honrosas excepciones que cuentan con lo que debería de ser lo normal, un toro con el trapío idóneo a la categoría de su plaza, con casta y fuerza. Si no sale ese toro, en esos lugares el aficionado no va a la plaza. Por eso “el mundo del toro” reacciona y los toreros admiten esos toros, ante la única alternativa posible, no torear, y los empresarios le dan al público lo que demanda. Pero como digo esto son excepciones....

Lo normal es que nos conformemos con lo que salga y, además, entremos en el juego de valorar a los toreros con lo realizado ante esos espectros de toro. Es muy común que en corridas de toros indignas de llamarse así, el público en lugar de mostrar todo su enfado ante una borregada sin casta, fuerza, ni bravura.... la tome con el torero.... que si no se coloca, que si pone la muleta así, que si.... ¡y qué mas da lo que haga! si aunque lo haga perfecto no va a tener emoción, ¡ni leches en vinagre!

Ninguno protestamos el animal nada más salir, o lo protestamos poco y por supuesto con menos saña que al torero, ninguno protestamos la copia de la suerte de varas que nos muestran.... el tercio más importante de toda la lidia, y no hay duda en ello, es el de varas.

Es el tercio en el que vamos a poder comprobar si de verdad, lo que ha salido a la plaza es manso o no, se va a poder corregir algunos de sus defectos y vamos a disfrutar con la bravura en su estado más puro. Todo lo demás son milongas... de lo que ocurra en varas va a depender todo, absolutamente todo, lo demás... y es un tercio que en general, yo el primero, no valoramos en su justa medida.

Si de verdad somos buenos aficionados tenemos la obligación de respetar y hacer respetar el “tercio de varas”.

Creo firmemente que los únicos que podemos hacer algo, de verdad, por salvaguardar la pureza y la dignidad de esta bonita expresión artística somos los aficionados. Todos los demás estamentos taurinos, empresarios, ganaderos, periodistas, toreros, subalternos…. en el fondo defienden sus propios intereses, el aficionado en el único que no tiene “parte” en el asunto, el único cuya motivación el altruista.

Que los aficionados somos los únicos que podemos hacer algo ya lo ha demostrado, honrosamente, la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, que primero plantó cara en Cataluña y ahora en toda Europa. Los aficionados debemos de estar unidos ante este tipo de iniciativas.

Me ha hecho mucha ilusión encontrar esta otra iniciativa, también de aficionados “Manifiesto de los Aficionados por una Fiesta Íntegra, Auténtica y Justa”, bajo el lema “nada tiene importancia si no hay toro”. Desconozco quien hay detrás de esta iniciativa, han publicado un blog: http://manifiestoaficionados.blogspot.com/ en el que denuncian los fraudes que se están practicando en este mundo y tienen todo mi apoyo.

Además han editado un “Decálogo de la Suerte de Varas” que no tiene desperdicio:

La suerte de varas es el eje de la lidia. Tiene tres cometidos:
a) Descubrir las condiciones de bravura, temperamento, comportamiento y calidades del toro.
b) Ahormar, corregir y restar poder a su embestida, para su posterior lidia y muerte, mediante puyazos en el morrillo, breves y dosificados.
c) Cuando las condiciones sean las propicias, crear belleza y transmitir la emoción de esta incomparable suerte.
La suerte de varas debe realizarse según mandan los cánones:
- Cuadrar al toro ante su picador, quien debe ofrecer los pechos del caballo y provocar su embestida.
- Picar sólo con la pirámide de acero, que es puya, sin introducir el encordelado, que es tope.
- Echar el palo por delante y picar en el morrillo del toro antes de que éste llegue al peto del caballo.
- Mientras el toro empuja, el varilarguero debe defenderse recargando su peso en la puya, echándose encima del palo y sacando su cuerpo de la montura sin rectificar ni barrenar, midiendo el castigo.
- En ningún caso debe taparse la salida al toro ni hacerle la “carioca”, salvo en los casos de manifiesta mansedumbre.
La importancia del tercio de varas requiere, para su correcta ejecución:
- Modificar el diseño de la puya de modo que se pique sólo con la pirámide de acero; para ello habrá que poner una cruceta giratoria en la base de la pirámide o volver al uso del “limoncillo”.
- Caballos domados y con un peso proporcionado.
- Las defensas de la anatomía de los mismos deben estar elaboradas, preferiblemente, con material flexible y ligero, que no supongan acorazar al caballo y que el toro se estrelle contra un muro.
- Los caballos deben llevar un ojo destapado para poder orientarse en el ruedo.
La importancia de este primer tercio para el desarrollo posterior de la lidia requiere que matadores, subalternos y picadores, cada uno en la medida de sus responsabilidades, ocupen su sitio, realicen la suerte correctamente, por derecho y sin ventajas, colocando bien al toro, midiendo el castigo y haciendo el quite tan pronto el toro llegue al caballo.
No se deberá premiar ninguna faena en la que el toro no haya recibido, al menos, tres puyazos.
No se deberá premiar a ningún toro, tanto en el ruedo como con trofeos, que en su lidia no haya recibido, al menos, tres puyazos.
No se deberá premiar ninguna corrida en conjunto donde, al menos, tres toros hayan recibido tres puyazos o más, y el resto, un mínimo de dos, ya que el primer puyazo lo toman bien todos los toros, en el segundo ya empiezan a dar síntomas de su bravura, y es en el tercero donde se define de verdad si el toro es bravo o no.
Siendo conscientes de que para la realización de la suerte de varas correctamente se requiere, además de conocimiento y compromiso, habilidad y precisión, no se deberá premiar a ningún picador:
- Que falle en el primer encuentro con el toro.
- Que pique fuera del morrillo, por muy bien que haya realizado la suerte.
- Que barrene.
- Que haga la “carioca” sin necesidad.
Exigir a los responsables del buen desarrollo del espectáculo taurino, como son presidentes, delegados, alguaciles y veterinarios, que cumplan con sus obligaciones y no deleguen sus funciones en manos de los taurinos profesionales. Deben actuar con el rigor necesario para que se cumpla el reglamento y la lidia se desarrolle ordenadamente, de manera particular en la suerte de varas.
10º Deberemos denunciar, a través de los medios que tengamos a nuestro alcance:
- A los picadores que no cumplan con las normas que rigen el primer tercio de la lidia.
- A los matadores bajo cuyas órdenes actúen y que son, en definitiva, los responsables últimos de su actuación.- A las autoridades que, haciendo dejación de sus funciones, no corrijan, atajen y sancionen las infracciones cometidas.

Animo a todos, ¡juntos lo conseguiremos!

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