Toreaba con el corazón…



Así toreó David Silveti, el “Rey David”, su último toro en “La México”, era febrero de 2003.

Toreó desde lo más profundo de su corazón, el físico apenas le respondía y allí estaba, desafiando a la vida entregado a lo que más amaba su corazón.

Apenas cuatro verónicas y una media, la planta erguida, las piernas firmes, las muñecas quebradas como una extensión de su alma rota…

Él sabía lo que amaba y a ello se entregaba, él sabía que la vida se lo quitaba, él sabía que para siempre lo perdía… toreaba con el corazón… 

El amor pudo a la razón y hoy hace 10 años que nos dejó...