Resignación

Con resignación y dignidad, con mucha dignidad debemos de plantar cara a la muerte en esta vida. El domingo pasado asistí a un funeral en Barcelona, a las 6 de la tarde comenzaba ese genuino ritual que es una corrida de toros, con él  se iba a dar “cristiana sepultura” al Arte de Torear en Cataluña.

Con resignación acudí a acompañar en su duelo a la afición catalana, amargas caras de dolor se vieron en los tendidos. No podía hacer más, simplemente estar y esperar que mi presencia, como las de los muchos que allí acudimos, aliviase en algo tanto sufrimiento.

Con resignación las casi 20.000 almas que poblaban los tendidos de “La Monumental” vimos a José Tomás despedirse de la plaza que otrora le encumbró tal y como se espera de él, vimos un José Tomás entregado, un José Tomás con gusto, empaque y torería, un José Tomás lidiador, un José Tomás con cabeza para entender y acoplarse a sus toros y fundamentalmente un José Tomás sentido que todo lo que hizo le salió muy de verdad. Vimos al torero que un día enamoró a esa plaza, lo adoptó como propio y le convirtió en figura. Una bonita despedida…

Con resignación vi el dolor de la pena en la cara de Serafín Marín, la rabia le llevó a derrumbarse ante aquella atrocidad, “Llibertat” rezaba su capote…

Dignidad, mucha dignidad, entereza y valor demostró la afición catalana, hay que ser muy valiente para mirar a la muerte a la cara y saber reaccionar, saltaron al ruedo y sacaron a la terna a hombros, se llevaron los toreros por las calles de una ciudad que jamás volverá a ser la misma… ellos simplemente gritaban ¡Libertad!....