¡Mucha suerte!

Justo ahora en Las Ventas debe de estar dando comienzo la corrida de "Carriquiri", no se cuando podré verla. Me hubiese gustado podido escribirles algo pero no me ha dado la vida para más.

Mucha suerte a un romántico del toreo como es Carlos Escolar, “Frascuelo quien una tarde más va a pelear por negar su destino.

Mucha suerte también a Javier Castaño un torero quien, sorprendentemente, me ha devuelto la esperanza en muchas cosas.

 Me alegraría de todo corazón su triunfo esta tarde. ¡Suerte!

Con Julito Aparicio aquel San Isidro del '94 aprendí que el toreo es pasión

Soy incapaz de recordar el primer día que entré a una Plaza de Toros. Pero tengo clavado en el recuerdo tres momentos, tres toreros, desde hoy solo me queda uno.

Con Ponce, viéndole yo de muy pequeño un verano en Checa con un eral, aprendí lo que es lidiar, ganarle la partida al animal, dominarle. Desde entonces viendo a Enrique sigo aprendiendo de toros.

Con Curro Romero, unas Corridas Falleras haciendo un quite a la verónica al toro de un compañero, aprendí lo que es el temple. Paró el tiempo "el Romero", enganchó al toro muy delante en tres verónicas larguísimas rematadas con una media a cámara lenta.

Con Julito Aparicio aquel San Isidro del '94 aprendí que el toreo es pasión, roto estaba el torero, todo sentimiento, todo inspiración, todo pasión.

Han habido muchos más pero estos tres son los que me han marcado. En 2002 se me retiró Curro, hoy se cortó la coleta Julito en su plaza, en Las Ventas, la misma en la que esa tarde de aquella primavera a mi me enseñó tanto...

487kg, ¡Qué desfachatez!

"¡Qué desfachatez!" Pensaron algunos al ver los 487Kg que indicaba la tablilla como peso del sexto de la tarde el pasado lunes en Las Ventas.

"Esto es indignante, ¡ni que fuese esto una novillada!", manos a la obra y a protestar que para algo hemos venido. Palmas de tango, pitos y abucheos ante tamaño improperio... "487Kg, ¡Qué se habrán creído que es esto!"

En estas salio al ruedo "el morlaco", cinqueño largo, casi 6 años tenia el pavo, amorrillado y bien rematado, algo bajo y muy bien armado. Un toro con todas las de la ley. Pero daba igual, "487kg, ¡Qué desfachatez!"

Disfruto mucho viendo un toro entregarse en el caballo y con una verónica muy sentida

Muchas veces las cosas si se reducen al absurdo se entienden mejor. Últimamente estoy sorprendido porque se habla mucho de que hay dos tipos de aficionados los "toristas" y los "toreristas".

Pensar eso es una estupidez, pero aun lo es más que haya gente que se autodefina como aficionado y añada uno de esos adjetivos. Eso me dice que en realidad no es aficionado y no tiene ni la más remota idea de como va esto.

Vamos a reducir todo al absurdo: ¿Qué le gusta a un aficionado a la tauromaquia?, pues ver corridas de toros. ¿De qué?, de toros. ¿Qué toros?, pues toros bravos obviamente, de vacas lecheras no.

Axioma fundamental de la tauromaquia, sin toro, sin un toro bravo, no es posible que nadie disfrute de este arte.

Pero... ¿Donde vemos esos toros? pues en una plaza de toros, en el campo comiendo hierba son muy bonitos si, pero nadie paga para ver eso, vamos a verlos a una plaza de toros. ¿Y... Por qué? Porque en las corridas de toros queremos ver como torean a esos toros. No vamos a ver lo bonitos o feos que son vamos a ver como embisten y como los torean.

y... ¿Qué es torear? Dominar al toro. ¿Y eso quien lo hace?, el torero. ¿Y para qué? Pues para lo que hemos ido a la plaza, para ver al toro embestir. ¿Y como lo hace? Pues siguiendo unas normas técnicas y estéticas que permiten lucirse al torero haciendo embestir al toro, nos permite poder ver al toro.

Segundo axioma, sin toreros no podemos ver toros.

Conclusión: sin toros no hay tauromaquia y sin toreros tampoco.

A partir de aquí teoricemos todo lo que queramos. Hay gente que olvida que son indispensables las dos cosas, toros bravos y encastados por un lado y toreros con la suficiente calidad para lidiarlos. Yo personalmente disfruto mucho viendo un toro entregarse en el caballo y con una verónica muy sentida. Entiendo la tauromaquia como un conjunto de las dos cosas y si las separamos mal acabaremos.

Es nuestro torero y él lo sabe

El pasado sábado en Valencia toreaba Juan Ortega, por cercanía no soy objetivo con este torero así que no quería comentar nada, pero no lo he podido evitar...

Encierro de Nazario Ibáñez muy desigual en juego y presentación. Hubo dos de lío gordo, el segundo, muy en Núñez en la muleta, encastado y de larguísimo recorrido, y el extraordinario que hizo cuarto, muy completo ese novillo.

El primero, de gran calidad, fue perfecto para el torero aunque trasmitió menos al tendido. El sexto pareció tener clase pero ninguna fuerza, no duro ni media tanda.

El quinto manseó en exceso y el tercero si no llega a ser por la habilidad de lidiadores y varilargueros era de banderillas negras, manso de manual que rehuía cualquier posibilidad de pelea.

La suerte es caprichosa y quiso que el lote fuese para Cayetano García. Emilio Huertas sorteó el encastado segundo y como el toro manda yo me quedé sin ver a Juan Ortega.

Este novillero, castellano de acento sevillano, demostró valor y oficio lidiando al imposible tercero. Con el sexto lo intentó todo, por voluntad hasta se le podía haber pedido un trofeo, erró a espadas y eso pesa mucho.

Casi 100 checanos le apoyaban en las gradas, aunque en su partida de nacimiento rece Sevilla es nuestro torero y él lo sabe.

¡Que brindis!

Él es quien manda, sin toro no hay arte que valga. Ya puede venir Morante o reaparecer Curro Romero que sin un toro que transmita en su embestida no habrá emoción.

Hasta el quinto en la "victoriana" de ayer ningún toro me dijo nada, incluso alguno tuvo un comportamiento tan de bobalicón, el primero de Juan Bautista, que si llegar a ser de otro hierro se hubiese armado la "marimorena"

En cuanto a comportamiento tuvo de todo la corrida, el lote de Juan Bautista fue impropio de este encaste. El de "El Cid", sin ser gran cosa, fue el lote más parecido a lo que se espera que sean unos "victorinos", en especial el quinto al cual si se le hacían bien las cosas tenía un pitón izquierdo...

Alberto Aguilar lidio con lo peor de la tarde, posiblemente el lote mas encastado pero también el que más manseó. Mala combinación.

Lo mejor de la tarde el brindis de "El Cid" a un grande, a Francisco Cano, "canito" ... y olé

Y este domingo torea en Valencia

"De casta le viene al galgo" se podría decir, criado en una familia ganadera y de gran tradición taurina este joven torero.

No hace aún un año que debutó con "los del castoreño" y en cambio tengo la sensación que lleva mucho más tiempo en esto. En realidad lo lleva, este "chaval", checano de adopción como yo, es torero desde que lo conozco, ¡que ya hace unos años! desde bien pequeño no ha tenido otra cosa en la cabeza. Torero se nace.

Este domingo torea en Valencia, se llama Juan Ortega y no voy a ocultar que estoy loco por verlo. ¡Que Dios Reparta suerte!

Siempre lo podré decir: He visto a Manolo Montoliú ponerbanderillas, ¡él era el más torero!

Me asusta el paso del tiempo, apenas paso los 30 años pero me asusta. Muchas cosas se dejan atrás y nunca volverán... la vida no es más que un cúmulo de momentos, de recuerdos...

No es nuevo para ninguno de los que pacientemente leéis Tercio de Varas que para mi el mundo del toro no es solo una afición, es mucho más, no sabría explicarlo, es algo filosófico, es de las pocas cosas que conozco en las que todo se hace de verdad. Todo brota del corazón.

Ese 1 de mayo vi la tragedia con mis ojos, "el maestro" gracias a quien yo, apenas un niño, había aprendido como ponen banderillas los toreros citaba desde el centro de La Real Maestranza, tan artista solo él lo ha sabido hacer, despacioso llegó a la cara del toro clavó en lo alto y al querer salir en torero.... se hizo el silencio en mi casa...

La vida no es más que un cúmulo de momentos, de recuerdos... buenos y malos recuerdos, me gustaría poder borrar de mi mente aquella tarde, ¡que nunca hubiese pasado!. El curso de la vida no sigue mi voluntad, he aprendido a aceptarlo, hemos de quedarnos con los buenos momentos.... Siempre lo podré decir: He visto a Manolo Montoliú poner banderillas, ¡él era el más torero!