Mi vida en lo taurino ha cambiado mucho el último lustro, la Tauromaquia ha pasado de ser una afición a ser mucho más. Es por ello que en esta bitácora, donde he relatado mis sentimientos como aficionado, he dejado de prodigarme. Hoy ha pasado algo especial.
Don José Antonio Morante Camacho “Morante de la Puebla” ha ido a Madrid. Se ha jugado la vida con el valor que solo él tiene. Ha bordado el toreo de capa. Ha mostrado lo que es la verdad con la muleta. Ha dado una estocada con ritmo, con belleza….
Con parsimonia ha retirado el tornillo de su castañeta, en la soledad que es para un torero un coso con lleno de no hay billetes. En esa soledad de la que han sido testigos los 24.000 que allí estaban, en la soledad que vieron muchos más en televisión, en esa soledad solo rota por su propio llanto, Morante ha dicho basta. Ha dicho adiós como lo que es: un toreo, un artista.
El arte es algo que evoca sentimientos, emociones.
Ninguno de los muchos testigos de esa soledad del adiós de Morante ha podido quedar indiferente. Todos han sentido asombro, unos pena, otros emoción, algunos alegría, rabia.... Eso es el arte.
Gracias Morante.