Del único en quien me fío.

Todo lo que se sobre el mundo del toro, todo, se lo debo a una persona, de hecho le debo mucho más que eso. Soy como soy, para lo bueno y para lo malo, y creo en lo que creo por él, Don Tiburcio Mansilla de Roque, Teniente Coronel de la siempre fiel Infantería, mi abuelo.

Desde bien pequeño me contaba historias sobre toros en el campo ¡y como me gustaban!. Con apenas tres años ya me llevaba a los toros. Los veranos en Checa, pueblo de gran tradición ganadera y de donde es natural, si yo hacía pronto mis “deberes” me premiaba subiendo hacia la sierra a ver las vacas de “los ortegas” o a La Tejera a ver los toros “del joaquinazo”, “Hijo esos toros se van a pelear, si sale alguno huido te subes a esa loma y te quedas quieto”….

De más mayor quedábamos en la “Sala de Armas” las tardes que daban toros en televisión y veíamos juntos la corrida, si se nos pasaba alguna llamaba por teléfono a casa “Anamari, dile al niño que hay toros en la tele” le decía a mi madre.

Mi abuelo veía los toros de una forma muy especial, para él lo importante era el toro, muy pocas veces le escuché comentarios sobre algún torero, él iba a ver toros en el sentido más literal del término.

El primero estaba bien presentado por delante aunque no acababa de estar rematado por detrás. Empezó distraído y se defendió en el capote de salida, lo llevaron al caballo dos veces, la primera vara se la pusieron muy mal y el toro cabeceó, a la segunda entró con la cara arriba dolido de la primera, pero rectificó y empujó con los riñones, si le dan una tercera ese toro iba a más. En banderillas galopó e iba muy largo a el capote por la derecha, por la izquierda no lo vimos. En la muleta iba largo, por izquierda tenía menos recorrido, la cara un poco arriba…..” eso era una crónica suya, solo hablaba del toro.

A mis 19 años nos dejó, sus inseparables Ducados acabaron pasando factura… y me quedé sin mi referente, taurino y de muchas otras cosas.

Esta semana Enrique Ponce ha indultado dos toros. He leído feroces críticas a estos indultos, pero dudo de ellas. A Ponce, el torero de quien más he aprendido, tengo comprobado que no se le entiende, los "juanpedros" están condenados por muchos antes de saltar al ruedo. De esas tardes “solo” he visto unos vídeos y en ellos no se ve el tercio de varas, si algo me dejó claro mi abuelo es que a un toro se le ve en el caballo y sin eso no vale nada, así que de los indultos no puedo opinar.

Lo que si he visto son toros con mucha clase en la muleta, muchísima, de una tremenda fijeza y que repetían con bastante brío una y otra vez. Unos toros bravos a los que como siempre le faltaba un puntito de casta, pero tampoco eran unos toros bobalicones.

Me sorprende lo que he leído, que se indultó unos borregos moribundos sin fuerzas… lo siento eso no es lo que yo veo en el video. Yo sin ver las varas y solo en base a la muleta tampoco hubiese indultado a esos toros. Un toro de indulto ha de ser un derroche de fuerza, casta y bravura. Ahora bien, estos eran unos buenos toros y no lo que se dice, el tipo de toro que se describe fue el del día de San Juan en Alicante, con ese desastre que fueron los de “La Campana”.

Ojalá mi abuelo estuviese aún aquí, hablando de toros es del único en quien me fío.

Faena Enrique Ponce, toro de Juan Pedro Domecq. 22 de junio de 2009, Alicante.

Ponce indulta en Alicante
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Faena Enrique Ponce, toro de Zanduendo (Fernando Domecq). 27 de junio, León.

León, 27 de Junio
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2 comentarios:

  1. Maestro, son toros con clase. No se cansan de embestir.

    Pero pierden las manos varias veces durante la faena de muleta. Y me pregunto si la duración de los toros no estará relacionada con lo poco que los somete Ponce durante la faena. Son dos faenas de toreo a media altura.

    ¿El toro merecedor de un indulto se va por la puerta de chiqueros en cuanto vislumbra la oportunidad? Yo creo que no.

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  2. Efectivamente “Numeritos” estamos en todo de acuerdo, son toros buenos que no se cansan de embestir, pero blandos y algo descastados.

    Pierden las manos los dos en cuanto se les baja un poquitín la muleta, pero Ponce tapa perfectamente ese defecto llevándolos a media altura, de otra forma hubiesen rodado por los suelos.

    Como están algo descastados si se les somete desde el inicio hubiesen tendido a rajarse, pero Ponce al principio los “mima” mucho, los pases largos de verdad y los de pecho enroscados son al final de faena (cosa curiosa) cuando ha conseguido encelar mucho a los toros, que bravos si eran, y se han venido arriba.

    Sin ser malos toros lógicamente no son merecedores de indulto, en manos de otro posiblemente ni de ovación en el arrastre, de hecho si alguien hubiese bajado la mano con ellos de inicio hubiesen rodado como pelotas y el resultado hubiese sido bien distinto.

    Pero ese es Ponce, quiero escribir el próximo post sobre lo que pienso de su tauromaquia. Es sin duda un maestro viendo los toros y sacando lo máximo de cada uno, él se adapta a los toros y tapa todos sus defectos de una forma portentosa. No me canso de decirlo con otros toreros en momentos puntuales me emociono. Con Ponce casi siempre aprendo algo.

    AH!! Tienes razón “Numeritos” al final en chiqueros los dos toros “cantan la gallina”…

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